
Luego de dos años de suspensión a causa de la pandemia, el Corso de Corsos inició esta mañana en medio de alegría y colorido.
Las autoridades regionales encabezaron la apertura de la actividad que exige el cumplimiento de las medidas de bioseguridad para evitar el alza de contagios de Covid-19.
El ballet municipal abrió el corso que de momento no cuenta con muchos espectadores en las sillas y graderías instaladas en el recorrido.
Ofrecen sillas desde Bs 30 y graderías en Bs 120
A primeras horas del día, las graderías y sillas que rodean el recorrido que seguirán los bailarines y fraternidades aún se encuentran vacías, pues la ciudadanía comienza a llegar, generalmente, en horas de la tarde.
Sin embargo, los comerciantes ya han dispuesto algunos precios para aquellos que deseen estar en el Corso. De este modo, es posible hallar sillas desde 30 bolivianos y graderías, con poleras estampadas y bebidas alcohólicas (el consumo ha sido prohibido por la Alcaldía) hasta en 120 bolivianos en preventa.
En redes sociales, ofertan una camiseta serigrafiada, una lata de cerveza, una espuma y un choripán en 120 bolivianos. Ello, junto con la posibilidad de un “after”, es decir, la continuación de la fiesta en un local bailable.
Por otro lado, en la avenida Ramón Rivero casi Ismael Vásquez, los comerciantes ofrecen sillas en primera fila en 50 bolivianos. Las que se encuentran detrás cuestan 30.
Desde la Alcaldía anticiparon que los precios permitidos tienen un tope de 80 bolivianos.
Cabe recordar que la entidad municipal prohibió el consumo de bebidas alcohólicas tanto a danzarines como a participantes del Corso. «No están permitidas las bebidas alcohólicas. Por eso, ninguna de esas empresas es auspiciadora en el Corso», sostuvo la secretaria de Desarrollo Productivo, Turismo y Cultura, Mariela Jiménez.
//Los Tiempos/Opinión